Soplar humo de tabaco
Por César Ballardini
- Lectura en 4 minutos - 787 palabrasLa situación que voy a describir no está relacionada directamente con sistemas de información, computadoras o lenguajes de programación. Sin embargo, está fuertemente asociada con la manera en que las personas perciben los problemas y proponen soluciones, y de eso hay mucho en los grupos de TI, sean desarrolladores o administradores de sistemas.
Sean dos dos actividades centrales que se dan en secuencia, A y B. Parte de la gente no llega a tiempo para realizar satisfactoriamente A, y luego se queda para realizar B. La proporción de gente que no aprovecha A es aproximadamente un 80% de los que podrían beneficiarse con ella. La proporción de gente que se beneficia de A respecto de la que se beneficia de B es aproximadamente un 18%. O sea, 72% del total de beneficiados por B no tienen relación directa en este momento con la actividad en A.
¿Cómo podemos mejorar la participación en A?
Ésa es una pregunta problemática si la utilizamos como meta principal. Estaríamos fijando la vista en el problema del 18% y desatendiendo el 72%, en principio.
Una propuesta de solución puede ser empezar A más tarde. Pero sin resolver el problema de la causa de la tardanza, esto solamente posterga el problema.
Otra propuesta de solución es realizar primero B y luego A, o sea invertir la secuencia. En este caso, eso es posible, no hay dependencias entre las actividades. Ahora entonces los que llegan tarde se pierden B y llegan a tiempo para A. Es claro que si las actividades son igual de importantes esto realmente no es una solución, pues ahora ese 18% se perderá la actividad B.
Ahora sí analicemos el problema más genéricamente:
¿Qué evidencia tenemos que el cambio va a tener el efecto esperado? Es claro que primero debemos definir el efecto esperado, en lo posible de alguna manera cuantitativa. Hay ganancias y pérdidas. ¿Cuáles son las pérdidas aceptables? ¿Cuáles son las ganancias mínimas que justifican el cambio?
Hay un argumento implícito aquí:
- No estamos logrando el objetivo deseado.
- El método actual produce el logro actual.
- Al cambiar el método por un método diferente, vamos a lograr el objetivo deseado.
En la lista anterior, sólo el método actual está definido, en el mejor de los casos.
El objetivo deseado es pasible de resultar en un mínimo local, que no beneficia a la organización. He visto esto muchas veces en las organizaciones para las cuales he trabajado: un grupo determina un objetivo que es beneficioso para el grupo, sin considerar el beneficio global para la organización. Sabemos que cada grupo obtiene su óptimo local a expensas de recursos y perjuicios en otros grupos.
Y el método diferente tiene el inconveniente de sus resultados por verse. Debe haber una relación lógica entre la forma de atacar el problema identificado, el mecanismo de funcionamiento del nuevo método, y la obtención de los resultados deseados. No por ser diferente significa que es bueno. Que es bueno, debe demostrarse. A veces la demostración se hace mediante simulaciones, pruebas piloto, u otros medios. El consenso no es una demostración.
El consenso no es una demostración puede ilustrarse mediante una técnica “médica” ya caída en desuso: el enema de humo de tabaco1,2.
El procedimiento creo que no requiere explicación, así que vamos a su fundamento. El tabaco se importa del Nuevo Mundo y llega a Europa, donde los médicos le encuentran algunos aspectos terapéuticos en el siglo XVII. La medicina en esos momentos se basaba en una teoría de los Humores3 y el tabaco terminó siendo una panacea. Los indígenas norteamericanos soplaban humo de tabaco por allí para tratar los dolores abdominales y para resucitar personas que casi se ahogan en un río para estimular la respiración.
La lista de dolencias tratadas era larga, e incluía: dolor de cabeza, falla respiratoria, gripe, hernias, calambres abdominales, fiebre tifoidea, y brotes de cólera.
En resumen, sólo porque otros lo hacen, sólo porque es una práctica ancestral, o porque otros médicos lo aplican, no quiere decir que es bueno para el objetivo deseado. Debemos hacer las cuentas y analizar cómo la solución propuesta resuelve el problema que tenemos.
No debemos olvidar que el tratamiento es seleccionado entre alternativas. Al seleccionar una alternativa que no resuelve el problema, puede suceder que los efectos de la solución sean negativos, empeorando el problema. En los casos más suaves, el problema tal vez no empeora, pero se pierde tiempo en conseguir la solución verdadera, demorando el resultado deseado. Siempre un plan de acción que no genera el buen resultado, es un mal plan.
Encontremos la causa raíz, antes de soplar humo en el trasero del problema.
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Enema de humo de tabaco en Wikipedia ↩︎
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Tobacco smoke enema en Wikipedia ↩︎